Christian Wulle
Exposición de arte en Kurhaus Garmisch-Partenkirchen, enero-marzo 1997

Introducción de Prof. Eugen Gomringer (Rehau)

Señoras y Señores,

el arte constructivo-concreto, que está en el centro de la presente exposición de Christian Wulle, ha de ser relacionado históricamente a nuestro siglo, aunque es a la vez intemporal y llevó tanto a Sócrates, que nos llegó una hermosa frase a menudo citada, como a Goethe en su obra „Wilhelm Meister“, a caracterizarlo acertadamente. En estos dos últimos casos no nos referimos exactamente al arte del joven Christian Wulle, sino a la antigua orientación artística a la cual el logró acceder. Es el arte que no requiere ilustraciónes ni literatura para llegar directamente al grano, sino la ponderación de fuerzas entre formas y colores, en una búsqueda y un intento de armonía, en el dar y recebir de la percepción material - arte que como mencioné anteriormente se logra de forma directa, a través de los medios ya conocidos:

punto, línea, superficie y color, ritmo y proporción.

Como arte histórico, es decir como arte que ha encontrado en nuestro siglo una clara formulación, nos ha influenciado consciente o inconscientamente. Es realmente contemporáneo hasta en lo cotidiano, cuando tenemos objetos bien definidos a nuestro alrededor. Este arte constructivo-concreto - se llama así porque es una realidad propia, concreta - ha pasado por algunas cosas. Muchas veces fue dado por „muerto“, pero sólo por miopes, los cuales desatienden el arte año a año y no quieren saber nada de una responsabilidad a largo plazo de los procesos creativos.
Tomando como trasfondo este resumen de características, el arte de Christian Wulle es un nuevo caso de una postura tajante. Tal postura no solo reafirma que este arte es como una antigua sabiduría, que siempre está presente, sino que también debe ser descubierto, ella reafirma también que en todo momento puede estar viva - solamente hay que buscarla libre y abiertamente en uno mismo. Ella puede llegar a ser una gran y verdadera ayuda, lo que pude comprobar en muchas de mis actividades como docente con mis alumnos. Una ayuda cuando se busca una orientación, cuando una orientación es necesaria. El arte es en estos casos no sólo de gran ayuda, sino como en el caso del arte constructivo-concreto, puede ser un verdadero pionero - así como las líneas artísticas también pueden ser líneas de la vida interior, líneas a las cuales se les tenga confianza, en las que uno se pueda sostener, en las que podamos creer. Se puede decir sin duda, que Christian Wulle ha ido por este camino, es decir que encontró su diagonal por una razón muy concreta, que incluso inventó para si mismo. Aqui hemos llegado a un punto muy importante. Un artista muy famoso el suizo Richard Paul Lohse, ya fallecido, relató en su biografía cómo le afectó darse cuenta que la diagonal, la línea oblicua, no fue introducida por primera vez en el marco del arte constructivo por él, sino que otros se le adelantaron. Se llegaba a una nueva orientación del pensamiento. Así Lohse dejó de lado la diagonal, para hacerse famoso utilizando otros.

Christian Wulle al usar este medio, la diagonal, no es un simple imitador que utiliza las líneas oblicuas. Para ello debemos apelar a que cada observador la pregunta de forma en el arte de Wulle. Formas iguales no se basan en propósitos y motivaciones iguales. Sin lugar a dudas Wulle se dejó influenciar durante sus estudios, es decir él investigó las correntes cercanas. El transmitió sus ideas en distintas publicaciones, que espero alguna vez encuentren espacio apropiado en la discusión del arte y su significado para el Hombre y sobre todo para el Hombre urgido de concimiento. Un tema central es la confrontación con la proporción. En su opinión: „en ningua época cultural (en los últimos siglos) existió una pérdida del valor de la proporcionalidad como en nuestros días“. Lo que coincide con una película que exhibí en un seminario sobre el gran arquitecto alemán Mies van der Rohe, el constructor del pabellón alemán en la Exposición Mundial de Barcelona 1928, de la Galería Nationale de Berlin y de algunas de las edificaciones más bellas de Chicago y Nueva York - con esta película llegué a la conclusión lapidaria de Mies van der Rohe: si se olvidara todo en una construcción, sólo le quedaria la proporción - si es existiera. Es decir, tras muchas reflexiones y experimentos se llega, tanto en el arte como en la naturaleza - muchas veces coincidentemente - a recurrir a las leyes antiguas. Así tambien Christian Wulle.

Wulle tiene otra motivación. Esta es la música, sobre todo la de Miles Davis.
El escribió en 1992 : „a través de mis preferencias por la música rock y
el jazz-rock llegué al jazz. En 1985 escuché por primera vez el disco
'Bitches Brew' de Miles Davis y me impresionó de tal manera que siguerion una serie de dibujos bajo sa influencia. Apoyado por el permanente intercambio sobre pintura y música con mi profesor Jürgen Reipka nació hace años la idea de crear cuadros de acuerdo a la música de Miles Davis“.

El otro motivo es emocional. El resultado es - podria ser apreciado por nosotros - como un producto de sentir la música y de la estricta consciencia de la importancia de la proporción. Esto es un buen sustrato para el arte, sobre todo para el arte constructivo, el cual fue percibido desde un principo como una condición vital. Kandinsky quien gracias a su publicación de 1910, es considerado el padre del arte concreto, habla de música y busca a través de nuevos y antiguos medios de diseño, puntos, líneas y superficies, crear un canon, como siempre lo tuvo la música. También Goethe extrañó su falta en el arte. El arte plástico y gráfico y la música se han convertido, en el campo de lo concreto-constructivo, en parientes opticos y musicales, a pesar que los fundamentos ópticos sean otros que los auditivos. En casi todos los diseños de Christian Wulle se prevee la parte emocional, la transformación directa de las ondas auditivas a colores y formas. Con mucha razón se comparó estos cuadros con partituras. A esto se refiere, cuando se dice que existe una diferencia básica al comparar líneas de la misma inclinación (45°), si es que dichas líneas de colores están divididas o bien compuestas por la corriente de rectángulos individuales que interrumpen la misma o si es que las líneas de colores están atravesadas en un segmento. Esta diferencia no solo nos interesa a nosotros, sino también al artista, ya que en ella hay mucho material para otras decisiones. Tomemos la líneas de colores continuas que recorren el cuadro de la parte izquierda inferior hacia la derecha superior en una dinámica creciente - es decir el principo positivo, optimista - como expresión más madura de lo alcanzado hasta ahora. Los objetos de madera merecen nuestro particular interés. Ellos se componen de barras de cuadro bordes que están pintadas alrededor con un mismo color y están fijas sobre un fondo, de tal manera que a pesar de los cortes desiguales forman una superficie plana. La pintura alrededor de la figura produce un efecto adicional en el que los colores de las barras se intercambian lateralmente, de acuerdo a la interacción de los colores. Para el observador fugaz es inevitable un efecto cinético.

Christian Wulle escribió en 1992,
en un texto de un catálogo dedicado a Miles Davis:
„Miles tomó la música con mucha seriedad y yo me esfuerzo por pensar, sentir - proceder - del mismo modo dentro de mi campo. Aparte de la calidad y cantidad de la obra del recientemente fallecido Miles Davis, me impactó su renuncia a lo superfluo, o sea, a la manera usual de mostrar abiertamente amistad frente al público, la prensa y el mundo en general...“.

Señoras y señores, nosotros soportamos estas declaraciones con gusto, o bien, deberíamos soportarlas, ya que sirven a un enfoque realmente honrado y a la concentración en una obra que nos ha hecho sentir la búsqueda de si misma y con ella del mundo en el que vivimos a través de todos los périodos que ha atravesado. Son estas palabras y estas exposiciones las que hacen callar aquellos gritos sobre el fin del arte.
Hermann Hesse me escribió una vez, en un momento en el que me encontraba en una situación similar a la de Christian Wulle:
„allí seguirá viviendo algo que tal vez provenga de un lugar lejano“.

También yo puedo caracterizar con estas palabras la obra de Christian Wulle. Pero ya basta de tantas palabras - vemos ante nosotros las líneas de colores ascendiendo en 45°, el juego rítmico de los espacios entre los objetos, los cambios de colores, las tensiones y distensiones, las energias libres y atadas, las proporciones. Al final de cuentas, sólo cuentan nuestras reacciones frente a estas propuestas.

[Prof. Eugen Gomringer en Kurhaus Garmisch, 26.01.1997]

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