Wolfgang Paul
La evolución de la línea recta
Una contemplacíon de los cuadros de Christian Wulle


"El estado de la esperanza es para mi el más meditado".

Con esta convicción Christian Wulle comenta su trabajo, su deseo.
Mientras más penetremos en sus cuadros - sin interpretrarlos - se puede sentir mejor aquel "estado de esperanza". La terquedad, a primera vista monótona, que limita con la perseverancia, muestra una línea clara, una dirección.
El camino de Wulle se inicia en la parte izquierda inferior y asoira hacia arriba, a la derecha. Un principio de vida? De todas maneras es la aspiración de un artista que no cede, que se decidío por color y forma.

Se siente inevitable:
entusiasmo o malestar; los cuadros de Wulle exigen una reacción!

Entuiasmo en aquel que redescubre una virtud cada vez más escasa, o malestar en aquel que teme a esta virtud. Nos referimos a la consecuencia, la que se denota visiblemente como un reto. En estos cuadros no hay nada escondido, nada es nebulosamente encubierto o necesita ser interpretado - y es eso lo que los hace tan irresistibles y a la vez "incómodos".

Wulle nos confronta a través de su trabajo, con cualidades del carácter que la vida cotidiana preferiría ver "aplanadas". El observador es exigido, porque Wulle mismo es exigente. Su estilo es "directo"; los colores fueron escogidos con claridad, porque pertenecen a esta línea. Qué debe pensar el observador de ello? Tal pregunta exige una posición, porque los cuadros de Wulle no permiten el uso del subjuntivo. Wulle es "concreto", un constructor artístico de su filosofía, a él le importa la fortaleza desu línea, la cual desarolla y fortalece constatemente, sin perderla por hacer ciertas concesiones. El diseña su pensamiento para que sean objetos de contemplación en diversas variaciones, dentro de una lagtimidad en la que solo lo esencial tiene cabida.

El resultado es sorprendente! A pesar de la concentración y reducción, a pesar de todas las autolimitaciones - o justamente por eso - se crean ilusiones ópticas: colores no presentes brillan, líneas rectas se tuercen y las superficies parecen ocupar espacios. No se deben contemplar estos cuadros superficialmente, estos cuadros desarrollan vida propia, ellos confunden y seducen, cada uno de una manera especial.

Lo que descrubimos, al abandonar el "linaje primordial", son las formas de juego de una evolución, una riqueza de especies, las que han sido desarrolladas por el artista para si mismo y para nosotros, los observadores. La aparente monotonía, "a primera vista", se convirtió en una impresión total, envuelta en diversidad y variación. El desarollo de Wulle se puede observar y comprneder si partimos intentos dentro del estilo "concreto" hasta sus últimos cuadros con líneas y rayos. El cumplimiento de las reglas y el respeto de los límites - que recordamos como ejemplo - no significan la limitación de la expresión. Todo lo contrario, la evolución de Wulle es, siguindo su Leitmotiv, un "avance" y una "ascención".

[Wolfgang Paul, 1996]

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